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domingo, 7 de noviembre de 2010

Me llamo Juan Mierda

Todos nos llamaremos Abad, que era un compañero de los Maristas que siempre encabezaba la lista de clase.
Día 05/11/2010
NO había otro problema en España. El gobierno estólido que nos regula la vida ha decidido reorganizarnos los apellidos en función de sus gaseosos criterios de reorganización social, mediante los cuales los españoles van a apellidarse según dirima un juez la disputa entre un matrimonio desavenido. Hasta hoy los españoles heredábamos el apellido del padre, siempre que no se dispusiera lo contrario; desde el año que viene será un magistrado del registro el que decida cómo se apellida su hijo si ustedes, debidamente espoleados por la corrección política, no acuerdan el apellido familiar. ¿Y eso era fundamental? ¿Aporta algo la nueva regulación? Evidentemente no. Próximamente se escenificará una pelea entre los García y los Iparraguirre con el fin de decidir qué tipo de familia vamos a estructurar y será un juez, atendiendo al racional criterio del orden alfabético, el que decidirá cómo se llaman nuestros hijos.
La ley contempla que uno, mayor de edad, pueda reconvertir su identidad si la que atesora no le satisface. Incluso si usted se llama Manolo y decide, en función de un cambio hormonal —o no—, imponerse el bello nombre de Rosario. También asiste a aquél que decida que su hijo no va a ser un López más pudiendo ser un Avellaneda de fuste. Y las cosas han funcionado racionalmente: los que temían ver desaparecer un apellido singular a manos de la ordinariez de un «Fulánez» han podido alterar el orden dinástico y preservar determinados tesoros heráldicos para mayor goce de los genealogistas. Ahora, sin embargo, un nuevo giro de tuerca lleva a excitar el debate familiar con el fin de establecer discusiones absurdas en el seno de familias sensibles al progreso. «¿Y cómo es eso de que tiene que llevar primero tu apellido en pudiendo llevar el mío? Lo siento, que decida el juez». Y el juez no tiene más remedio que aplicar un articulado según el cual se le impondrá al neonato aquél que primero figure en el escalafón abecedario. Si esta gilipollez, tan propia de la alegre muchachada que nos gobierna y nos cambia la vida, prolifera ante las ventanillas del registro, llegará un día en el que apellidos como Zapatero habrán desaparecido de la faz del solar patrio. Todos nos llamaremos Abad, que era un compañero de clase de los Maristas que siempre encabezaba la lista de clase y al que hace años le perdí la pista. Quede claro algo: para que su hijo de usted se llame como usted varón y luego como usted hembra tendrán que especificarlo expresamente; de no ser así se aplicará el criterio alfabético. Y que luego se peleen las suegras.
Pienso en la Infanta Leonor. Cuando reine y tenga descendencia, la corona española no será regentada por un Borbón de primer apellido, sino por un Martínez cualquiera heredado de aquél que haya matrimoniado con la heredera de la Corona. Gracias a este engendro de Ley, se le invertirán los apellidos y seguirá siendo un Borbón de la misma manera que el nieto de Franco fue un Franco en lugar de un Martínez Bordíu. Ahí vale, pero las ganas legislativas de enredar me remiten al chiste de aquél que llega al registro y pide un cambio de nombre ya que se llama Juan Mierda; el funcionario le comprende de inmediato y le pregunta que nombre quiere ponerse: «¿Yo?, Antonio, como mi padre».
Nota del Paseante.
A este paso terminaremos apellidandonos: ZPatero, Zerolo.....; vamos que estos chorizos terminaran quitandonos hasta los apellidos.

7 comentarios:

  1. ya esta disponible la publicación de comentarios, ruego disculpéis el error.Un saludo a todos y gracias

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  2. Imagino que habrá sido lo que le comentaba en el post de más abajo.
    Lo de los apellidos intercambiables es ya el colmo del descerebramiento de esta gentuza, y además en nombre de la IGUALDAD DE GÉNEROS.
    Mañana me veo obligado a hablar de este tema, para ampliar el suyo.

    Además sucede que, con esos cambios, se pueden producir unos inmensos follones legales que ni se han parado a pensar. Por ejemplo, los provenientes de testamentarías en las que los nombres o apellidos originales no coincidan con los de sus titulares con apellidos cambiados, y no digamos nada de quienes pretendan dentro de 30 años realizar una genealogía de su familia.

    Estamos gobernados por dementes.

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  3. Lo último que señala Tellagorri lo he pensado yo. Qué lío se va a formar con los asuntos legales, herencias, escrituras, Registro Civil..., un follón de mil pares.
    A España sólo le faltaba ya meterse en otro problema creado a cosa hecha.

    Me cachis, cada día que pasa se da una cuenta con más certeza de que estamos en manos de unos tontorrones sin sentido común.

    Un abrazo.

    PD.- No vea la de veces que intenté comentar sin poder. Me alegro de que haya solucionado el problema.

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  4. D.Javier, en época de crisis, mas señales de humo; no veo que necesidad tiene esta gente de marear la perdiz con el tema del cambio de apellidos, dicen que es para favorecer la igualdad, y solo en casos de que los padres no se pongan de acuerdo en el orden de los mismos lo harán por orden alfabético, y para colmo creo que suprimen el libro de familia; como usted bien dice, el problema lo tendrán dentro de 30 o 40 años cuando vayan a arreglar algún asunto legal, y el funcionario de turno, vea que no coincide el orden de apellidos.Lo dicho, una nueva cortina de humo para seguir jodiendo.
    Gracias y un saludo

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  5. Así es Elena, cada día esta gente es mas tonta y se saca unas leyes mas estúpidas para marear al personal; yo creo que son pruebas que van poniendo para ver la capacidad de reacción de la gente, y a menores protestas, mas grado de sumisión hacia sus políticas.No le veo sentido a este cambio, y menos de cara a asuntos legales.
    Gracias y perdone mi error.
    Un abrazo

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  6. Y alucino con estos estúpidos D. Manuel. Con la que está cayendo y consideran que esta ley es uns demanda social prioritaria.

    Creo que son ganas de liarla para que se hable de todo menos del paro, pero no me gusta el cambio del libro de familia por una cédula individual como si fuesemos robots, además ningunea la importancia de la familia para el individuo.

    En pocas palabras, nos quieren convertir en lo que no somos.

    Un saludo.

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  7. Todo esto no es mas que una nueva vuelta de tuerca al tornillo de las estupideces, porque saben que el punto de inflexión todavía esta muy lejos de llegar al estado critico, saben que con este paisanaje pueden dar muchas mas vueltas a la tuerca, y no calculan que ésta es de mala calidad y terminara rompiéndose.
    Gracias Dñª.Candela, un saludo.

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