No cabe duda que España está de rebajas, desde aquella frase que lanzo el gran visionario de la política, un tal Zapatero de "La próxima legislatura lograremos el pleno empleo en España. No lo quiero con carácter coyuntural, lo quiero definitivo".
Fue el espaldarazo de salida para que el paro subiera, y las largas colas ante las oficinas del INEM, fuera una visión cotidiana de tantas ilusiones rotas, y tiempo perdido aguardando la vez para apuntarte en la lista.
Fue el espaldarazo de salida para que el paro subiera, y las largas colas ante las oficinas del INEM, fuera una visión cotidiana de tantas ilusiones rotas, y tiempo perdido aguardando la vez para apuntarte en la lista.
Pero la cosa no quedo ahí, siguieron surgiendo ideas en la cabeza del gran visionario "La crisis es una falacia, puro catastrofismo."
Hasta que llegaron las rebajas, entonces tuvieron que sacar a precio de saldo el stock de Empresas que quedaban y pedir créditos al exterior, vía colocación de deuda a unos intereses muy superiores a los de mercado, y en esas llegó Alemania y le impuso a España, en nombre de la Unión Europea, una serie de deberes que están ya hechos o en proceso de ejecución, como la reforma del mercado laboral o de las pensiones, pero quedan asignaturas pendientes, entre ellas el futuro de los salarios y de la negociación colectiva. Y ya se sabe que cuando la clase política empieza a hablar de estas cosas, para imponer su agenda, no es precisamente porque alguien esté pensando en subir los sueldos de la mayoría de la gente.
¿Cuál es la justificación esta vez? La palabra clave se llama productividad, el elemento que se considera indispensable para que España sea capaz de exportar más, de modo que pueda equilibrar su balanza comercial y, más en general, su déficit exterior. En otras palabras, importamos más de lo que exportamos y, por si fuese poco, financiamos consumo interno con ahorro externo, lo cual configura un mal cuadro macroeconómico solo aliviado por los ingresos del turismo y las actuaciones de algunas multinacionales.Para no crear un clima de malestar entre la población y hacer mas suave el tema de la crisis, se sacaron de la chistera otro conejo que, lejos de aliviar las soliviantadas mentes de los ciudadanos, abundo mas en su cabreo, pues rebajaron el derecho del fumador y no fumador abriendo una crisis ficticia entre los dos colectivos, que lejos de diluirse como el humo, se ha agravado al poner cotos a la libertad individual.
Y la ultima operación rebaja, ha sido el limitar la velocidad en los centros urbanos a 30 Km/h y en las autopistas y autovías a 110 Km/h; dicen que, la medida es para que podamos ahorrarnos 82 ctms de €uro cada 100 Km, que es posible que en un vehículo no se note, pero que en un parque como el español, serán muchos millones al año, claro esta, si a esa cantidad de ahorro le sumamos las cantidades que sacaran por multar a los incautos, o los millones que sacaran por la venta de gasolina a 1,30€uros el litro, pues claro, es un ahorro importante, menos mal que esta medida se le ocurrió a Rubalcaba improvisada mientras veía a su chofer llenar el deposito del Audi.
Fuentes: Europapress/ Resumen Articulo de José Luis Gómez