Este miércoles se inauguro la Feria de Turismo mas importante de España, cita obligada para todo el que tenga algo que decir, ofertar o comprar; en este mundo mágico de las ofertas todos quieren estar presentes, políticos, alcaldes, hosteleros, y agencias que ofertan viajes maravillosos a lo desconocido, un agotador frenesí de contactos y presentaciones. Pero los que hemos asistido al espectáculo como simples observadores, viajantes de la imaginación, degustadores de sueños, fotógrafos de mundos desconocidos y aventureros a la caza del folleto, hemos visto como es este mundo de vanidades y contactos, donde los diferentes países están representados en función de su riqueza, con stands descomunales, pero con acceso restringido al visitante de a pie, donde eres bien recibido si vas con pase VIP, o tienes algo que ofrecer y que reluzca mas que los neones que te deslumbran, donde los catering circulan de puertas para adentro y al visitante le ofrecen su folleto para que enjuague sus ansias de conocer.El jueves fue el día del famoseo, estaban todos, cuerpo diplomatico, alcaldes, y seguridad, mucha seguridad, que es lo único que brillaba y sobre todo había mucho cazador de fotos, de apretón de manos, y algún que otro degustador de manjares camuflado, todo muy bien organizado, y a la salida lío de taxis, coches oficiales haciendo cola, y esperando sentado la llegada del autobús, sientes una sensación extraña, pues ves pasar multitud de viajeros de secano con bolsas repletas de folletos, souvenirs y otras bagatelas que han conseguido arrancar a golpe de colas en los diferentes stand.
Muchas gracias por esas fotos, como no puedo ir, al menos veo las fotos.
ResponderEliminarA ver D.Manuel, es lo que tiene ser un simple paseante madrileño, un ciudadano de a pie, que te quedas con los folletos a cambio de horas y horas de colas interminables. Por lo menos son gratis, jajajaja.
¿Y para qué un canapé ridículo? seguro que en su casa le esperaba un vinito estupendo con unas tapas de queso y jamón de esas que resucitan a los muertos. Y sin hacer colas.
Las colas..., la gente es tan agonía, que siendo gratis, son capaces de perder una hora de sus vidas por un dedo de cerveza y tres papas fritas.
Tiene que ser muy interesante darse un paseo por esa feria.
Un abrazo.
Dñª.Elena, aunque sea de paseante,la verdad que es todo un espectáculo verlo, sobre todo a la gente, cargada de bolsas con mil folletos, que luego no miraran, y pararte en los diferentes stand y ver fotos preciosas de los países y en alguno degustar algún producto típico, eso si, en forma de ración de bolsillo, y eso que yo llevaba pase especial y pude moverme a gusto.
ResponderEliminarUn abrazo
Es una gozada para los lectores y el bloguero que suscribe tener un observador como Ud. analizando cada suceso o novedad de un Madrid que conoce como si la hubiera diseñado personalemente.
ResponderEliminarLo que considero una verguenza total es que a los visitantes los clasifiquen por clases en función de cargos públicos o situaciones de VIP y el resto de la plebe.
Si quieren dar pinchos y tiopepes a los mandamases que lo hagan generalizado o lo hagan de forma que no se vea por los que formamos el pueblo o la ciudadanía.
Y una verdad total la que expone, de refilón, respecto a los folletos de los stands : a casi nadie le interesan un pimiento lo que contienen pero se llevan papel brillante y con fotos a casa para terminar tirando todo a la basura.
D. Javier, en una feria de Turismo tan importante como esta, la gente va a hacer negocios, y dentro de los stands,es normal que se invite a los potenciales clientes, el problema se da en la gente normal, que van como visitantes, y con tal de conseguir algo gratis, se apuntan a lo que sea, sin importarles que haya que hacer interminables colas.
ResponderEliminarUn saludo
El complejo de Diógenes colectivo, digo yo..
ResponderEliminarLo mismo que comentas, he visto hacerlo en congresos, rapando hasta el último bolígrafo, y a personas sobraditas.
A mi me dan grima los sitios donde hay mucha gente, suelo evitarlos.
Un saludo.
Dñª.Candela, la verdad que es anecdótico, no se si sera síndrome de Diógenes, o trauma colectivo de economía de guerra, pero se da en todas las exposiciones, ferias, o actos en los que haya afluencia masiva de gente, hace un mes estuve en una exposición fotográfica y había un montón de folletos de la trayectoria del fotógrafo (ya desaparecido), y me hizo mucha gracia observar como había gente que preguntaba si no tenian fotos pequeñas de recuerdo y cuando les decían que no, cogían un folleto, el caso era llevarse algo.
ResponderEliminarUn saludo